Se apagó. Fini. The End. Campana y se acabó. El ilusionismo del Mago Flo, que ha hipnotizado a la parroquia blanca desde su regreso en verano, ya tiene fecha de caducidad: 28 de octubre. El conejo de la chistera del Tito Flo es, a día de hoy, un pollo sin cabeza.
Porque hay derrotas y derrotas. Perder contra un Segunda B lo han sufrido todos, desde el Madrid al Barça. Tropezar en la misma piedra también. Y volver a tropezar casi que también. Bueno, en este último caso parece ser un coto privado de los merengues en una competición de mochiganga (lo digo por esto). Pero hacerlo por 4-0, la semana que tu rival deja claro que su nivel está igual (o mejor) que el año pasado con un 6-1 es un KO en toda regla. Los que llenaron el Bernabéu en la presentación de CR9 querían un cambio. Sí, querían ganar pero sobretodo estar orgullosos de su equipo. Hoy me parece que se esconden por donde pueden.
¿Explicaciones? A Pellegrini se le pide la cabeza pero, ¿qué culpa tiene él que el equipo B no responda y se pasee por el campo? ¿Es culpa del chileno o de Guti y cia? En Alcorcón no había nadie del filial (al contrario de León) y las culpas no las puede monopolizar el chileno. Porque remonten o no los blancos en el Bernabéu, giren o no la temporada lo que está claro es que la Copa sirve para destapar, aunque sea por unas horas, las vergüenzas de un fútbol hecho a base de talonario y demostrar que el dinero sin corazón y espíritu se queda en los vestuarios.
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