Cada santo año me pasa lo mismo. A estas alturas de año me convierto en mi otro yo. Mis dedos quedan tatuados por el F5 del teclado y me paso varias horas del fin de semana pegado a las estadísticas de unos tipos que, al principio de la ACB no sé si son de raza blanca, raza negra, tiradores, penetradores, calvos o con greñas. Y me da igual. Lo que quiero es que me sumen para hacer pasta y no tener que remontar como siempre en el Supermanager ACB. Sí, soy un enfermo más del juego más adictivo de la red.
Porque, sin quererlo, ha acercado a muchísima gente al deporte de la pelota grande. ¿Quién no conoce a alguien que se pase la semana pensando en a quien va a fichar o a quien tiene que enviar a la nevera tras su -5 de la semana anterior? En la red hay muchísimos juegos pero, aunque en algún momento me ha dado por ellos, al único que sigo fiel es el Supermanager ACB. No sólo porque en MD hay mucho enfermo del juego y te sirve para las tertulias intersemanales. Es genial ver a barcelonistas esperando el fallo de alguien que has vendido y aplaudiendo las acciones de un rival “porque está en tu equipo”. Tremendo.
Y como el fútbol de las selecciones no ha tenido mucha emoción (con permiso de Suecia, Portugal y la zona suramericana) y de política este blog no va a hablar (ni de Rio-2016 ni de las últimas actuaciones de Joan Laporta) pues que queréis que os diga, que me quedo con mi Freeland, mi Stanko Barac y compañía.
PD. Para desengrasar me ha dado la risa cuando he entrado esta noche en el As.com. El titular “A punto de pasar algo” es para analizar en algún facultad de Periodismo.