2 sept 2009

Entrenadores tragones

Sonó la campana y se acabó lo que se daba. No habrá más fichajes hasta enero así que los secretarios técnicos ya pueden volver a hibernar mientras algunos técnicos tratan de sacar lo máximo de unas plantillas que quizás no hayan pedido mientras otros demuestran sus dotes de tragones comiéndose los primeros marrones del año.


Porque si fuera Pellegrini mi cabeza estaría muy ahuevada. Hace diez días tenía seguramente la mejor plantilla de la Liga pero el señor Don Dinero le deja sin su ventaja respecto al Barça (el banquillo) al quitarle de un plumazo a Sneijder, Robben y Miguel Torres – la baja menos trascendente – . Y lo que es peor quizás, dejar de todos los holandeses que Valdano quería botar a Van der Vaart, curiosamente el que más ha rajado de a entidad y del técnico y el que ha dicho repetidamente que se quería ir.

Y si fuera Pep mi cabeza tampoco mejoraría mucho. Digo que tengo una plantilla corta y empiezo el curso con menos aún que el pasado año, con sólo tres altas (y una de ellas que no me servirá para una de las competiciones) ¿Cómo es posible? Eso sí, como no hay fichajes me dicen que tire de cantera y cantera. Merito, muchísimo tiene Pep aunque después nadie se ponga las manos a la cabeza cuando haya bajas por lesión, por la Copa África o la inexperiencia de los talentos de La Masia se dé de bruces con equipos que tiran de oficio.

¿Y Pochettino? Hace menos de medio año el sentir generalizado (desde fuera del club y desde dentro) era la necesidad de iniciar un nuevo ciclo en la campaña 09-10. El último día todos poniendo velas para que no se vaya Tamudo quien, con sus inseparables De la Peña y Luis García, seguirá en el vestuario perico. Además de la desgraciada baja de Jarque, la limpieza espanyolista se ha reducido este verano a:  Sergio Sánchez, Torrejón, Sielva o Ángel (canteranos), fiascos absolutos como Beranger, Finnan o Valdo así como Lacruz y Nené. ¿Y las caras nuevas donde están?

Abel Resino y el Atlético, con lo mismo que el pasado año salvo los repescados (que hace un año no servían) y Asenjo bajo palos no da muchas razones para soñar en algo grande al igual que un Valencia que ha mantenido el bloque pero cuya zozobra institucional no invita al optimismo. ¿El Sevilla o Villarreal? El tridente no puede bastar pero, como los de Valverde, sus incorporaciones han sido coherentes para apuntalar unos equipos que tienen su asignatura pendiente en la regularidad.

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