25 jun 2010

¡Qué viva el romanticismo!

Retomé el blog tras la paternidad tras dos meses con el post 'La gesta del año' y, ni 30 días después el mundo del deporte nos ha sorprendido con el partidazo entre Isner y Mahut en Wimbledon. Maravilloso. Todos lo habréis visto y comentado con amigos, familiares, colegas, blogueros o tuiteros. Todos alucinados y algunos con la mosca detrás de la oreja. Lo entiendo pero a mi que no me apunten con los segundos.

Quizás por ser un confiado de la vida, en creer en que el deporte a veces tiene estos golpes mágicos, en ver la reacción del propio mundo del tenis o simplemente porque no me sentí engañado siguiendo el partido, estoy seguro que no hubo tongo como ya se está comentando. Que si apuestas, que si fama, que si afán de protagonismo, que si... ¡Joder! ¿Y por qué no se ha podido dar porque nadie dio el brazo a torcer? ¿Por qué? ¿Desconfiaríamos de otras gestas pasadas del deporte? ¿De la Eurocopa de Dinamarca en el 92? ¿De la final ManU-Bayern en el Camp Nou? ¿Dudáis de eso? A mí, hasta que se demuestre lo contrario aluciné, vibré y soñé con algo único. Y eso no me lo robarán.

Ganarle a la desconfiaza

Eso sí, el periodismo (deportivo y no) actual se ha reducido muchas veces a noticias que no son noticias, donde las casas de apuestas (que ponen guita por sus anuncios) tienen sus espacios en forma de noticias; presuntas informaciones que son autopromos descaradas. Una putada vaya que propicia que la desconfianza de la gente esté ganada muchas veces a pulso y propicie el debate de la honestidad del Isner-Mahut, oasis en un mundo deportivo abarrotado y acostumbrado al corsé de las ruedas de prensa durante la competición y a los rumores de fichajes en el veranito.

Sacapuntas 2.0

El histórico Isner-Mahut la viví por internet, vía Twitter para compartir el momento, una herramienta viva, dinámica y fantástica que te permite no sólo la información desde cualquier punto de vista y al instante sino que, como otras redes sociales, permiten ser el sacapuntas de cualquier noticia en la actualidad. Isner y Mahut no se han librado y, de nuevo, lo anecdótico ha fomentado nuevamente la creatividad popular. Es brutal el potencial y el hashtag #isnermahutfacts o los grupos surrealistas en facebook dieron la cara B del choque. Fantástico pero no olvidemos lo esencial del asunto y la lucha gigantesca que perdurará en la memoria de muchos y en las agujetas de los dos tenistas seguro.

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