¡Al fín un Mundial de F1 con emoción! No sé si los difusores de Brawn o de Williams son legales. No sé si los alerones de Toyota son demasiados flexibles o no. No sé si va bien el KERS o no pero la verdad es que, a pesar del madrugón, del hecho de tener que currar dos días antes de las siete de la mañana me lo he pasado en grande viendo los entrenamientos y la carrera de F1.
¡Por fín! Porque me encanta ver igualdad, emoción, tensión y que los que siempre estaban del quince para abajo ahora le pongan los cascarrones por corbata a los de siempre (léase Hamilton, Massa, Raikkonen o Alonso).
Supongo que en cuatro grandes premios la (aparente) lógica se impondrá y los que siempre han estado arriba sigan ahí. Todos se copiarán en un deporte donde la tecnología es juez y parte. Aquí lo que funciona, como es normal, se plagia y la revolución iniciada se puede quedar en media revolución. Pero como aficionado llano, ojalá esto dure todo el año. Porque así, quizás si, el deporte del motor gane adeptos en general, de los que disfrutan de los adelantamientos y de la emoción hasta el banderazo final y no sólo los Alonsistas, Hamiltanianos o Ferraristas estén pendientes los domingos a la hora del menú del scalextric a escala humana. Con la igualdad el público verá que cada GP se abrirá un melón y a ver que sale. El primero ha salido muy bueno, a ver que pasa con el malayo.
... y si en otras disciplinas sucediera igual, el deporte ganaría muchos enteros. ¿No? Sino respóndeme: ¿Serían Barça, Madrid, ManU, Chelsea, Inter (y aquí pones cualquier otro equipo rico) igual de bueno que el Numancia, Recre, Racing (y aquí pones al modesto que quieras) con la misma pasta y condicionantes?
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