Equipos competitivos

En sólo una semana el basket y el fútbol han servido para ejemplificar lo que es el oficio en el deporte sea cual fuera la disciplina. El ser competitivos y dar la cara a pesar de tener delante a rivales de una (supuesta) superior calidad echando mano de algo que se trabaja y que no sólo está en las piernas sino en el coco.

Como hemos cambiado

Este fin de semana me quedo con un partido de fútbol...pero de hace más de 20 años. Lo ví por la noche del sábado tras esquivar el somnifero Madrid-Racing y el derbi sevillano. Era un España-Inglaterra (entrenada por un Robson con poquísimas canas) en Teledeporte donde Lineker metió cuatro goles en el Bernabéu.

El canguro caníbal

Seis Grand Slams con 22 años. No pierde una final de un grande desde hace más de dos (Wimbledon 2007). Y en Australia le gana al jugador más en forma del inicio de año (Verdasco) y, sin descanso apenas, al mejor de siempre (Federer). Más no se le puede pedir a Rafa Nadal, la Raqueta de Dios...